¿Estás buscando una forma eficiente de medir el desempeño de tu empresa? El proceso de medición mediante cuadros de mando integrales puede ser la solución que buscas. Este enfoque innovador te permite evaluar diversos aspectos clave de tu negocio de manera visual y simplificada. En este artículo, te mostraremos cómo implementar este proceso y cómo puede beneficiar a tu organización. Descubre cómo los cuadros de mando integrales pueden convertirse en una herramienta indispensable para la toma de decisiones estratégicas y mejorar el rendimiento general de tu empresa. ¡Sigue leyendo para obtener más información!
La Harvard Business Review de 1992 arrasó en el mundo empresarial cuando Kaplan y Norton introdujo la idea del cuadro de mando integral.
Argumentaron que, aunque la gestión estratégica se perseguía como un objetivo de toda la organización en empresas de todo el mundo, en realidad estaban haciendo una autopsia de la situación empresarial en cuestión.
La medición se realizó únicamente sobre la base de información financiera. La información financiera reflejó el desempeño pasado.
No hubo indicadores de desempeño futuro ni de los recursos estratégicos de capital humano, capital intelectual ni recursos optimizados que se incluyeron en la medición.
El paso de la cura a la prevención
Citando esto como la causa perjudicial, Kaplan y Norton esbozaron un marco en el que el desempeño se medirá en múltiples dimensiones. Las ponderaciones otorgadas a los parámetros financieros serán proporcionales a su importancia.
La proporción combinada de factores que predicen el estado futuro de los negocios tuvo un peso mayor que el desempeño pasado.
Esta medida fue fundamental ya que los gerentes ahora tendrían que asegurarse de no seguir un comportamiento miope para que su desempeño pareciera mejor.
El juego de números se había modificado para incluir también aspectos cualitativos.
Kaplan y Norton se dieron cuenta de que los procesos eran la forma en que una empresa realiza sus operaciones. La superioridad de una empresa está, por tanto, directamente relacionada con la ventaja competitiva sostenible que su proceso le ayuda a obtener sobre sus competidores..
Por lo tanto, no monitorear ni medir los procesos disuadiría a las empresas de centrarse continuamente en mejorar los procesos. Por lo tanto, el cuadro de mando integral recomienda que los procesos tengan la misma importancia (si no más) que los indicadores financieros.
Esta recomendación de Kaplan y Norton y su adopción mundial por parte de las empresas Fortune 500 dieron un impulso a la práctica de la Gestión de Procesos de Negocio.
Dado que el salario variable de cada gerente dependería, hasta cierto punto, de la mejora que aportaran al proceso, todos en la organización comenzaron a buscar formas y medios para mejorar el proceso.
La Gestión de Procesos de Negocio (BPM) ya no era el impulso de un puñado de directivos y ejecutivos ubicados en lugares remotos.
BPM se convirtió en prerrogativa de cada empleado. Los buzones de sugerencias que se ven en los comedores de todo el mundo son un símbolo de este movimiento en el que la dirección solicita ideas de BPM a todos sus empleados y recompensa aquellas ideas que se consideran lo suficientemente buenas como para ser adoptadas.
Proceso de medición mediante cuadros de mando integrales
Datos en tiempo real: El primero y más importante es el hecho de que la información está disponible para la dirección cuando más la necesita. Se puede preparar un panel dinámico que se actualiza en tiempo real y los gerentes pueden identificar inmediatamente cualquier discrepancia y trabajar para corregirla.
La tecnología facilita esta transferencia de datos en tiempo real y la organiza en un formato particular para crear información procesable para la gestión.
Agregar dimensiones al cuadro de mando: Un cuadro de mando integral no dará importancia indebida a ninguna característica de un proceso. Reconoce que diferentes procesos pueden medirse con diferentes métricas.
Por ejemplo, la reparación de agravios debe ser rápida, aunque sea un poco costosa. Por lo tanto, medir este proceso en función de los costos lo llevará en la dirección equivocada.
En la mayoría de los casos, la medición se realiza en base a una combinación de métricas diseñadas para cada proceso y ponderaciones determinadas.
En lugar de dar ponderaciones arbitrariamente, se aprovecha la tecnología y se utiliza la programación de jerarquía analítica (AHP) para generar ponderaciones apropiadas que garanticen que ningún factor reciba un énfasis indebido e incline el enfoque de la organización.
Por tanto, el Cuadro de Mando Integral lleva el concepto de BPM al nivel estratégico. También proporciona un buen mecanismo para medir si las mejoras en los procesos están llevando a la organización en la dirección correcta.
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Proceso de medición mediante cuadros de mando integrales
La gestión efectiva y el monitoreo de los procesos empresariales son esenciales para el éxito de cualquier organización. Uno de los enfoques más utilizados para medir y controlar los indicadores clave de rendimiento es a través de los cuadros de mando integrales.
¿Qué es un cuadro de mando integral?
Un cuadro de mando integral (CMI) es una herramienta de gestión que proporciona una visión completa de la empresa a través de la medición y seguimiento de diversos indicadores. Estos indicadores pueden abarcar diferentes áreas de la organización, como finanzas, marketing, recursos humanos, ventas, etc.
El CMI se compone de un conjunto de métricas e indicadores que se presentan de manera visual y fácil de entender. Esto permite a los directivos y responsables de la toma de decisiones tener una visión clara del rendimiento de la organización y tomar acciones correctivas cuando sea necesario.
Beneficios de utilizar cuadros de mando integrales
- Permite un seguimiento en tiempo real de los objetivos y metas establecidos por la empresa.
- Proporciona información relevante y actualizada para la toma de decisiones.
- Ayuda a identificar áreas de mejora y optimización de procesos.
- Facilita la comunicación y alineación de los diferentes departamentos de la organización.
Utilizar un CMI adecuado también puede ayudar a mejorar la eficiencia y productividad de la empresa, ya que ofrece una visión panorámica de los factores clave que afectan su desempeño.
¿Cómo implementar un cuadro de mando integral?
La implementación de un CMI requiere seguir una serie de pasos clave:
- Definir los objetivos estratégicos: Es necesario establecer los objetivos de la organización y la forma en que serán medidos.
- Identificar los indicadores clave de rendimiento (KPIs): Seleccionar los KPIs más relevantes para cada área de la empresa.
- Determinar las metas y los umbrales: Establecer las metas a alcanzar y los umbrales de desempeño que indicarán si se cumplen los objetivos.
- Recopilar y analizar los datos: Obtener la información necesaria para medir los indicadores y analizarla para obtener conclusiones.
- Presentar la información de manera visual: Mostrar los resultados de manera clara y concisa a través de gráficos y tablas.
- Realizar un seguimiento constante: Actualizar y monitorear regularmente los indicadores para identificar tendencias y desviaciones.
Es importante destacar que la elección de un software adecuado puede facilitar considerablemente la implementación y gestión de un cuadro de mando integral. Existen diversas herramientas en el mercado que ofrecen funcionalidades específicas para este propósito.
En resumen, el proceso de medición mediante cuadros de mando integrales es una estrategia efectiva para monitorear y mejorar el rendimiento de una organización. Los beneficios que ofrece, junto con una implementación adecuada, pueden marcar la diferencia en el éxito empresarial.
Fuentes externas: