La naturaleza humana: no es tan mala como creemos

Desde tiempos inmemoriales, se ha debatido acaloradamente sobre la esencia de la naturaleza humana. ¿Somos inherentemente buenos o malvados? Pareciera que la mayoría de las veces, las noticias y las historias que nos rodean nos hacen creer lo peor de nuestra especie. Sin embargo, ¿y si te dijera que la naturaleza humana no es tan mala como comúnmente creemos? Sí, es cierto, hay evidencias contundentes que demuestran que el ser humano posee una innata bondad que prevalece en su interior. En este artículo, exploraremos los aspectos más sorprendentes de nuestra naturaleza, rompiendo estereotipos y revelando cómo la empatía, la cooperación y la solidaridad son parte esencial de lo que somos como especie. Prepárate para descubrir una visión esperanzadora de la naturaleza humana.

Recuerdo la primera vez que leí “El señor de las moscas” de William Golding. Fue en la clase de inglés del instituto. La historia trata sobre un grupo de escolares británicos que quedan abandonados en una isla desierta.

Una vez eliminado el barniz de civilización, descienden al salvajismo. Los fuertes dominan a los débiles. El miedo y la superstición vencen a la razón. La violencia reemplaza la colaboración.

Levanté la vista del libro. Mis compañeros de clase parecían agresivos y malos. Los titulares trataban sobre la ruptura de la ley y el orden. Asentí en reconocimiento. Golding estaba en lo cierto sobre la naturaleza humana.

Civilizar la naturaleza humana

Más tarde, en la universidad, leí “Leviatán”, de Thomas Hobbes. (Yo estudiaba inglés, pero Filosofía era más genial.) La idea principal de Hobbes era que la sociedad civilizada no podía mantenerse unida sin un líder único y autoritario. Para Hobbes, eso significaba un monarca.

No quería estar de acuerdo con eso. Iba en contra de mis instintos liberales y democráticos. Pero Hobbes me mostró la alternativa.

Anarquía, barbarie: llámalo como quieras. No es lindo. Y es inevitable si dejas que la gente haga lo suyo.

Malentendido de la naturaleza humana

¿O es eso? Rutger Bregman no lo cree así. Y tampoco piensa mucho en Thomas Hobbes. En su propio libro, “La humanidad: una historia esperanzadora”, se propone corregir algunos malentendidos sobre la naturaleza humana.

La naturaleza humana: no es tan mala como creemos

“La humanidad” no es en realidad una historia, aunque utiliza muchos ejemplos históricos. Es un argumento sostenido a favor de la decencia básica y la sociabilidad de los seres humanos.

Y el problema no es que no seamos lo suficientemente civilizados. En todo caso, estamos también civilizado.

La maldición de la civilización

Durante el 95 por ciento de la historia de la humanidad, fuimos cazadores-recolectores. Vivíamos vidas nómadas, compartiendo bienes en común.

La gente colaboró ​​para sobrevivir. Los grupos designaban líderes porque tenían habilidades útiles, no porque fueran dominantes.

Luego, hace poco (digamos, hace 15.000 años), nos establecimos. Plantamos cultivos, construimos ciudades y empezamos a pensar que las cosas eran “nuestras”. Y comenzamos a defenderlo, uniéndonos bajo líderes fuertes. Hola, listo: civilización.

Ocultando la verdad

Pero esto, sostiene Bregman, iba en contra de la verdadera naturaleza humana, que es socializar y compartir. Desafortunadamente, hemos perdido esto de vista.

Estamos programados para pensar lo peor por los medios de comunicación, por lo que nos suscribimos a la “teoría del barniz”, según la cual la civilización es una fina piel que nos protege de los peores excesos de nuestra naturaleza.

También nuestros miedos se ven reforzados por la ciencia. La psicología social de la posguerra diseñó experimentos para demostrar que las personas eran crueles y amorales. Entonces, como era de esperar, encontraron exactamente eso. Pero sólo cargando los dados.

¿Una realidad más amable?

Sabemos que “El señor de las moscas” es ficción. ¿Pero también está mal con las personas? ¿Qué hubiera pasado en realidad? Bregman tiene algunas pruebas.

Algunos escolares tonganos quedaron abandonados en una isla desierta en la década de 1960. No pelearon. De hecho, establecieron reglas para evitar conflictos. Tampoco fabricaron armas. Fabricaban herramientas y cultivaban alimentos. Con un comportamiento decente y justo entre ellos, prosperaron en la isla durante más de un año.

Esto refuerza la visión de Bregman sobre la humanidad. Fundamentalmente queremos llevarnos bien. Es optimista, seguro. Y no hay vuelta atrás en el tiempo de la civilización, para bien o para mal. Pero el libro está repleto de ejemplos edificantes de cómo en realidad no somos tan malos. Y eso debería ser una buena noticia para todos nosotros.

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¿Es usted optimista sobre el futuro? ¿Cuál es la verdadera naturaleza de la naturaleza humana? ¡Únase a la discusión agregando sus pensamientos a continuación!

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La naturaleza humana: no es tan mala como creemos

La naturaleza humana: no es tan mala como creemos

A menudo, tendemos a pensar en la naturaleza humana como algo inherentemente malo. Sin embargo, esta noción podría estar equivocada. A lo largo de la historia, ha habido numerosos ejemplos que demuestran que la naturaleza humana también puede ser positiva y bondadosa.

¿Por qué creemos que la naturaleza humana es mala?

La percepción negativa de la naturaleza humana puede provenir de nuestras propias experiencias y de la información que recibimos a través de los medios de comunicación. Los actos de violencia, egoísmo y corrupción son ampliamente difundidos y pueden generar la impresión de que todos los seres humanos son inherentemente malos.

La importancia del amor y la empatía

Contrario a esta percepción, existen estudios científicos que sugieren que los seres humanos poseen una tendencia innata hacia el amor y la empatía. La capacidad de amar y de ser empáticos con los demás son características que nos ayudan a construir relaciones saludables y a vivir en comunidad.

Investigaciones en el campo de la psicología han demostrado que los humanos tienen una necesidad inherente de conexión social y que el amor y la empatía son fundamentales para nuestra felicidad y bienestar emocional. Estos sentimientos positivos nos impulsan a ayudar a los demás y a cuidar de nuestro entorno.

El poder del altruísmo

El altruísmo es otra evidencia de que la naturaleza humana no es exclusivamente mala. A lo largo de la historia, ha habido numerosos actos de generosidad y sacrificio en beneficio de los demás. Desde donaciones caritativas hasta acciones heroicas, estos actos demuestran que los seres humanos también tienen la capacidad de hacer el bien y de preocuparse por el bienestar de los demás.

Cambiando nuestra perspectiva

Es importante reconocer que la naturaleza humana no puede ser generalizada. Si bien existe la capacidad para el mal, también existe una innata bondad en cada individuo. Cambiar nuestra perspectiva hacia una visión más equilibrada de la naturaleza humana puede tener un impacto significativo en nuestras actitudes y acciones.

En lugar de enfocarnos exclusivamente en los aspectos negativos de la humanidad, debemos destacar y fomentar las cualidades positivas. Promover el amor, la empatía y el altruísmo puede ayudarnos a crear una sociedad más resiliente y compasiva.

Conclusión

En resumen, la naturaleza humana no es tan mala como a menudo se cree. Si bien existen ejemplos negativos, también hay abundantes evidencias de amor, empatía y altruísmo en nuestra sociedad. Es importante reconocer y promover estas cualidades positivas para construir un mundo mejor.


Referencias:

  1. Carnegie Mellon University: Humans Are Actually Better Than We Think
  2. Greater Good Magazine: Six Habits of Highly Empathic People
  3. National Institutes of Health: The Benefits of Generosity


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